Café con letras y Poesía a lo Caballo (dos partes de lo mismo)

Se llevará a cabo durante los viernes de agosto una seguidilla de charlas que no descartan la presencia de la poesía. Se unen de ese modo el cumpleaños número uno de este importante medio de comunicación subjetivo (que sale y se agota porque no está entrenado) y, en la otra esquina, el ciclo “Boliches en agosto”, organizado por el MEC (Misterio de Educación y Cultura) Las citas son, los primeros tres viernes, en el Jazz Café, sito en la calle Ledesma de la capital fernandina, a escasos metros de la intersección de esa exigua calle con la calle Acuña de Figueroa, arteria propicia a la poesía si puede haberlo, si se recuerda al portentoso autor de la “Apología del Carajo” y del “Himno nacional uruguayo” . El último de los viernes verá las citas que se llevan a cabo en el Caballo Tango Club (“llegue a la estación de servicio de Lavalleja y Joaquín de Viana y siga el olor” habría declarado un habitué poco dado a la topografía), al mismo tiempo que escucha los dislates proferidos por unos tipos que les hicieron creer a otros que escribían poesía. Cabe destacar que, para ese entonces, las tres primeras fechas de este ciclo habrán salvado la petiza en andas de las olímpicas argumentaciones de los laureados ponentes. “Estamos contentos como gurí con juguete nuevo” manifestó Servando Valero, autoproclamado fotógrafo del acontecimiento. “Y no te olvides de mencionar la proyección de cortos y los tangos del Caballo” agregó, para no emitir más palabras y pasar a expresarse mediante su particular lenguaje Polaroid.
“Se pretende propender al sacudimiento de la modorra invernal que atraviesan las letras uruguayas desde hace unos cien años” declaró una fuente cercana a la organización, que prefirió no identificarse, aparentemente en busca de acrecentar la animosidad. “Queremos ver botellas volando” agregó con un gesto con el que dio a entender que no se trataba de una metáfora. “Estamos como locos con esto del año de vida” continuó. “Esperamos que sea un ciclo literario atípico, es decir, con mucha gente” espetó a guisa de provocación.


Rodney Da Silveira



El fixture es el siguiente.



Viernes 6: "Café con letras"
Charla sobre Herrera y Reissig (Damián González Bertolino y Valentín Trujillo, ambos escritores locales con cocarda nacional)
Música: Wellington Prates (¿Todavía no lo conocen? No saben lo que se pierden)

Viernes 13: “Café con letras”
Lecturas de Marcelo Mediza (local), Jorge Montesino (importado de Paraguay, y no es trucho) y Juan Ángel Italiano (local, pese a que el apellido intente engañarnos)

Viernes 20: “Café con letras”
Charla de Rodolfo Rabanal (argentino, radicado aquí) "El desafío de la literatura"
Ciclo Nacional de Cortometrajes (ICAU) "Servime un Corto" (Proyección
de cortos Nacionales e Internacionales)

Viernes 27: "Poesía a lo Caballo"
Lecturas de Líber Mendizábal Serrón (heredero del trono de Álvaro Figueredo, hombre de barba en pecho), Luis “el Negro” Pereira (un isabelino a tal punto afernandinado que hasta ocupó un cargo en la intendencia) y F. de P. (calvo, olimareño de la diáspora), presentados por andá a saber quién...
Tangos en Vivo por El Caballo (el dueño del boliche, que cualquiera diría hermano de Telly Zavalas pero cantando tangos con la fuerza de los pelotazos de Forlán), un mostro.

Décimo Séptimo Premio Nacional de Narrativa

Narradores de la Banda Oriental 2009

Acta del Jurado

En Montevideo, el primero de junio de 2010, reunido el Jurado del Décimo Séptimo Premio Nacional de Narrativa "Narradores de la Banda Oriental" – convocado por la Fundación "Lolita Rubial" y la Intendencia Municipal de Lavalleja en acuerdo con Ediciones de la Banda Oriental -, integrado por Milton Fornaro, Rosario Peyrou y Soledad Platero, después de examinar los trabajos presentados resuelve:


Otorgar por unanimidad el Gran Premio consistente en Medalla "Morosoli" de Oro, Diploma de Honor, la suma de $ 35.000 moneda uruguaya y la edición del libro según lo establecido en las bases (3.500 ejemplares en la Colección Lectores de Banda Oriental, 500 ejemplares para la venta en librerías y una tirada no comercial de 500 ejemplares), a la obra: "No vi la luna", seudónimo "Jack Shepard", por la destreza con que despliega sus historias oscuras, entre sórdidas e inocentes, logrando un conjunto armonioso de relatos. Abierto el sobre correspondiente se comprueba que pertenece a Leonardo de León.


El Jurado resuelve también otorgar Menciones, con Diploma de Honor a los libros:
"Voces", seudónimo "A3P"

"Fichas", seudónimo "El Sandro "

"Subterráneos", seudónimo "Berlín"

Abierto el sobre correspondiente se comprueba que los autores son:
Javier Couto (Voces)

Pedro Peña (Fichas)

Ramiro Sanchiz (Subterráneos)

Por el Cuerpo de Jurados:
Milton Fornaro

Rosario Peyrou

Soledad Platero

Fundación "Lolita Rubial"

Falleció Amanda Berenguer


Cinta infinita



La poesía de Amanda Berenguer (Montevideo, 1921) ha concitado admiración y misterio. Persiguió la sospecha del desdoblamiento, por momentos apocalíptico, de un espacio plagado de misterios en la comodidad del hogar. Quizá sea por eso que es difícil emparentar su obra con la generación del 45, a la cual, según la crítica, perteneció.



En su temprano libro El río (1952) Amanda señalaba: “Yo quisiera dejar los nombres vivos, escribirlos, decirlos, levantarlos, porque sé que nos vamos, nos hundimos”. Con cercanía en el tiempo, Suficiente maravilla (1953-54) proseguía este mismo rumor: “En medio de este mundo enseñoreada / voy entre los domésticos poderes de mis fieles sentidos naturales”. No le bastaba la voluntad de confesar que pensaba robarle espantos a la muerte: a esto se le agregaba que los poemas eran endecasílabos desarmados. Las acciones volvían a empezar constantemente; la mujer expulsaba a la belleza del paraíso y después se iba tras ella.
Invitada a la enajenación atravesó la poesía visual en “Composición de lugar” (1976), suerte de bitácora gráfica sobre los atardeceres. Allí las palabras conforman ecuaciones que no se detienen ante la naturaleza lúdica de cualquier interpretación. A esto seguiría Identidad de ciertas frutas (1983), inventario poético en el que partículas de significación se alojan en pequeñas estructuras. En la botella de Klein (una de las obsesiones lógicas de la poeta) su única cara ilustra la bifurcación del tiempo representada, en este caso, por la perpetuidad de un acto entendido como “topos” o lugar. De hecho, la lectura que hizo en 1995 de “La botella de Klein” era equivalente a la de la cinta de Moebius, resaltando la cualidad de plano (señala que “tiene una sola cara”, y que, siendo una superficie cerrada no tiene interior, “como lo tienen la esfera y el toro”). En ambos ocurre la persecución trascendental de una lengua, de un cromosoma, cuya verdad reside en el misterio.
En La dama de Elche (1987), “el vocablo es el viaje”. Allí la poeta construyó los ojos posibles de otra Amanda cuyos versos continuaban el designio de los colonos. Ganaría en 1990 el premio Bartolomé Hidalgo para retornar a la poesía objetual en 1995 con La botella verde.
Casi la totalidad de su obra fue compilada en el libro Constelación de navío (2002), en el que, en su inicio, Amanda confesaba estar dispuesta a “Poner la mesa del tercer milenio”. El libro era, según ella misma, un arca pensada en perdurar para, dentro de quinientos años, ser hallado por “los futuros arqueólogos o poetas -si aún existen- para reconocer cómo éramos de antiguos y remotos”.
La cuidadora del fuego
En el presente año, La Flauta Mágica (editorial al cuidado de Roberto Echavarren) lanzó La cuidadora del fuego, último libro que Amanda publicaría. La obra existía en el interior de una pila de cuadernos, entre poemas hermanos y condiscípulos, y otros infrecuentes, extraños, de un discurso diferente, tal vez cotidiano, que no miraban al libro.
El libro no es una recopilación de textos que bautiza el compilador, sino una compilación que da forma a un libro ya concebido en la obra de Amanda pero que Echavarren tuvo que recordar: “Hace un par de años, Amanda me dijo que tenía listo un libro que se llamaría La cuidadora del fuego. Me pidió que escribiera el prólogo. ‘Muy bien -respondí-, ¿dónde está el libro?’. Señaló una pila de cuadernos, siete en total, hinchados de papeles sueltos, desde un recibo telefónico hasta un cheque sobre el cual había garrapateado unos versos (el poema “Final”) [...]. Hube de extricar poemas de apuntes de diversa índole, listas de compras, números telefónicos, fragmentos de diario personal. Tales cuadernos convivían con ella, eran sus vademécums”.
El libro revisa diversas zonas del habla sobre la memoria, la autorreflexión vital. Paraísos artificiales que construyo sobre los sueños de Zenón de Elea, La cinta de Moebius y La botella de Klein. Sin embargo, puede percibirse una intensidad pulsional distinta a la de sus otros trabajos, quizá debido a la calidad de apuntes de los poemas que suelen convertirlos en descargas reflexivas, oscuras y contundentes. La poeta parece ya enteramente sola, en esa situación no dejará de preguntarse otra vez esas cosas ya dichas, que, no obstante, son innegociables para su poesía: “¿Y dónde el alma - la vida - la acción - el amor - / la locura - la rosa y el jazmín - apenas engañosas criaturas - / virtuales imágenes de un espejo mágico? / Como en el desierto ¿todo es espejismo? / ”. El libro también incluye una de las últimas entrevistas que la poeta concediera a su par Silvia Guerra.


Publicado por Manuel Barrios en La Diaria


Convocatoria


Estación Pringles, con el auspicio de la Fundación Príncipe Claus para la Cultura y el Desarrollo y la colaboración de la Dirección Gral. de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, convoca a cuatro poetas de países iberoamericanos, menores de treinta y cinco años, a experimentar de un modo literario, en plena pampa, lo que Machado y Ortiz volvieron experiencia tangible en sus libros Soledades, Campos de Castilla, Nuevas canciones (A. Machado) y En el aura del sauce (Juan L. Ortiz).
Los manuscritos de la experiencia realizada (poemas, relato breve o diario poético) integrarán un volumen que será publicado en coedición con Editorial Mansalva y que llevará como título Prueba de soledad en el paisaje.
La experiencia tendrá lugar en el Espacio Quiñihual, ubicado en un paraje rural a 550 km. de la ciudad de Buenos Aires, Argentina, durante el mes de noviembre de 2010.

Bases y formulario de inscripción disponibles en http://www.estacionpringles.org.ar/
me hundí en mis abismos
salí con barro
-------------musgo
-------------------excrementos
mil veces me hundí
mil veces salí
afuera
el sol quemaba
el frío quemaba
y me volví a hundir
y así esperar
quelosminutoscayerancomountrapecistaciego

Líber Mendizábal

Temperatura

El bochorno se cae de las hojas
que se llenan de agua y reverdecen
La humedad aumenta y el vapor es de sueño
Estamos aquí, entre árboles
Escucha este rumor susurrante que se agacha
ante el silencio de tus manos
Hace un calor de río en caldera
Nadie sabe de hornallas aquí
Pero los árboles crecen con altitud desmedida
No se preocupan por los insectos sobre la tierra
Estos se deslizan como diminutas culebras
y yo pienso en quedarme borracha
apoyada contra el piso respirando con los árboles
en esta fiebre telúrica


Paula Einöder
Del libro "Árbol Experimental"
Venus de Milo de almacén
paraguayo
donde cambias tus monedas

y tiras unos minutos
en una luz que depura tu vida

en la excelsa carne de
la urgencia

rosada

matriz del deseo
humedecido
en el fulgor en la furia
de tu imperio

que deshace el movimiento azul
damasco de tus caderas

más abajo navegás con la boca
el goce

el abanico de desnudez en ella
y todas
las desnudeces

ahora esbelta en gotas
colgando de sus pechos

la nube de la bicicleta

ponchito de amor ese montículo
de rizos

marcando al sueño el paso

abajo

de la raya que divide

espalda vaporosa dueña del erotismo

en acabado movimiento

ritmo de lo violento y de lo suave

elogio de Coca, flor
de un poema inexplicable

vamos siempre en nuestra espumosa pasión
cada vez que estrena

vamos con bombos y platillos
papelitos y banderas

a ver tu película

en la butaca de la nube
entre tus piernas flotadoras

azul verdoso del cuerpo exuberante
de mujer copiosa

refregándose en la blancura
de la espaciosa noche

en el 69
que cierran con sus bocas

¿y cuál es el secreto que sella?

¿la sangre? ¿el corazón?

¿el calor en el fluir del caos?


en todas sus películas
yo ví

coca y agua
agua y coca

en la vidriera del agua
nada


el cuerpo blanco de ópalo volumen
contorneándose
azul lejos cerca del ojo

en la visión

la acróbata,

coca nadadora


y esos hombres que van a ella
los que dicen “ponemos
la música con que se baila”


uno entra cuando le toca-
y era como imaginaba
en el sueño

en las lecturas inconscientes
de los cuerpos que vienen

por los besos
y los mimos del deseo de flor
en ese perseguir primavera


los exudados y los fluidos
juntados consumados
del cosmos de la Diosa
que insemina

la alegría del cuerpo


presente vestido en gotas
de la piscina esmeralda

a la salida del agua

y ahora su cuerpo vestido de saliva


pasea por el sol más allá de la línea

si se ve incandescente genital
fascinada dibujo del placer


casi ensueño
que vuela la gracia
de esa plenitud


y estas manos gastadas
por escribir con la gota
que ahora besás

tus tetas adoradas
tus tetas blancas, derramadas

besadas en su punto

como pupila que ama la lujuria de las formas
y bebe y besa

“mis perros llevan mis collares
que nadie olvide eso”

y en eso

potra fugaz de la lluvia
de las lluvias en las sábanas
sobre carnosas camas que alimenta

blanca lechosa rosada rabiosa

hasta que me echaste moría
de placer

tu flor
perfume ____tan noche
todos los movimientos de la noche


colgué un marco vacío
de la sombra

y comencé a llenarlo
de silencio,
en la pared

como una vertiente
de mí mismo

en otro



Pablo Queralt
Del libro "Coca"

Sobre relojes histrióncos

Hiel bajo la piel,
de hielo gotas sobre las escaleras.
De igual manera,
yo no soy el principio ni la zozobra.

Cien tambores hijos,
sobre la espalda arrugada y sola.
Suelto esta piola,
ahorcando mares de silencio.

Pienso, esa fútil lágrima
cava huera sobre cenizas rojas.
Cómo un árbol sin hojas,
pelado y desnudo ante el tiempo soy.

Hoy, ayer, todavía,
tiembla el eco de aquellas secas gargantas
peladas también y ásperas vencidas
y trémulas de tanto zigzag enfermo
y vueltas de rosca.

De que sirven las carcajadas rojas de
calor si el tiempo me desvela,
el tiempo me desvela para escupirme
firme cual estatua sobre esas frías escaleras.



Augusto Coronel

Concurso de fotografía "Carteles de anuncios en la calle"

Para participar solo tienes que hacer una foto en la que el tema principal sean los carteles de anuncios. Ya sabes, los típicos carteles de alquiler de habitación, clases particulares, etc. que todos conocemos y que puedes ver pegados en muchas de las calles, farolas, marquesinas de autobuses… de tu ciudad.

Bases: http://www.dondepongomicartel.com/2010/07/concurso-de-fotografia-carteles-de-anuncios-en-la-calle

La abuela en el cajón

La abuela en el cajón
nos decía adiós
después del adiós definitivo,
y alguien dijo que a los muertos
les gusta despedirse eternamente.

Mi padre velaba una madre
y al hijo de sí mismo.

Mi madre lloraba la muerte de una nuera.

Yo andaba con un nieto
destrozado entre los brazos.

Había muerto una familia.


Leonardo de León

Exposición colectiva "Lo Urbano"

Exponen:

Fotgrafía- Eduardo Álvarez, Federico Rodríguez, Giorgina Irigoyen, Patricia Turra y Servando Valero

Pintura- Andrés Alvira, Andrea Gelsi, Blanca Minelli, Héctor Perlas y Julián López.

Viernes 9 de Julio de 2010, 19 hs.

Museo Mazzoni de Maldonado, Ituzaingó 789

Horarios de visitas: Martes a Domingo de 10:30 a 17:30 hs.