El último dedo del ahogado termina de hundirse en la arena/los perros apagan su ladrido y escapan cola entre las patas/la muy vieja luna me llora su aguacero/como fichas de dominó se ciegan los faroles del hastío/las veredas cariadas cubren de barro sus heridas/el suicida del puerto no tiene el valor y vuelve a casa con un motivo más para dejar de vivir/el mar se repliega hasta quedarse sin misterios/el aire se contamina de mensajes de texto que viajan y resuena sirena idiotizante en toda la ciudad/un rayo parte al mundo y me vibra el pecho/en el pantalón mi celular dibuja un sobre que contiene tus letras diciendo: te daré mil hijos/…y se ilumina el siglo en que fui eterno.



Eladio Camejo

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