El testigo

Pienso en las súplicas de los condenados,
que pasaron y pasarán para ser crucificados,
en un delirio de muerte y pasión,
en una tenebrosa noche sin luna,
que oculta la luz e invade las tinieblas.
Que trae consigo la lujuria.
La encarnación de un ser muerto,
que vuelve a vivir en su prisión.
Y malévolamente, el búho observa,
está en esta Tierra quien sabe por qué.
La noche silenciosa presente,
el caminar de aquellos pasos, y las huellas que dejaron…
Trizas de pensamientos que invaden recuerdos,
que no son merecedores de ni siquiera tenerlos,
que están por estar o solo para estorbar.
Y perspicazmente se escuchan pasos.
El viento silba, los árboles, los gajos,
un eco de muerte invade la Tierra…
El búho, mira sin cesar, sus ojos lo revelan,
ella está cerca, el silencio invade…
La muerte se asoma, se siente su presencia.
Y en un último instante desiste…
Solo pasa y deja miseria…
Miedo y terror, mientras el búho… contempla.

Nancy Miraballes

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