Corté los ojos de éste amor
sus labios
sus colmillos
sus dedos
sus uñas desgarrantes
los miembros superiores e inferiores
sus órganos
su sexo
su corazón maltrecho
la cabeza le corté a éste amor
a partir de ahora decapitado
ciego
desmembrado
lanzado a las calles
ahí quedó éste amor
buscando entierro
reptando
arañando las paredes de lo imposible
desperdigado
como un montón de escombro
de un derrumbe previsto
como algo que no llegaría
que no llegará
desangrándose
herido de muerte
a cementerio que ampare
sus exequias.
Paulo Roddel
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