Suicidio

Vi la escena más trágica que un hombre pueda ver. En el medio del lugar más destrozado, la esperanza, gorda y amorfa, se aprestaba a suicidarse. Parecía haberse tragado todo el dulce y tenía los hombros agobiados por el peso de forúnculos pestilentes. Tenía los ojos desorbitados y echaba espumarajos. Yo me veía reducido a la impotencia de la mera mirada. Con la mano izquierda amartillaba un revólver y, con la derecha, se ahorcaba. Empezó a cambiar de colores y a proferir discursos exaltados que se entremezclaban en una especie de zumbido de abejas infernal y baboso. Las convulsiones precedieron el tiro y el correrse de un nudo. De la bocanada del último estertor, salió raudo un picaflor sacudiéndose las cenizas.


Fernández de Palleja

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hermosa representacion y montaje del drama casi cinematografico y el pequeño alucinante preciosismo del detalle "el picaflor saliendo de su boca" en un aire Bertolucci
pablo queralt

F. de P. dijo...

Gracias por el detalle, estimado. La verdad es que la reminiscencia es casual...
Salú