(un texto inicial sin barcos ni bicicletas)
ahora viene de cuerpo entero / una rampa para saltar al vacío donde el cuerpo se vuelca y no termina de caer nunca un choque de frente / desmesurado perro que va contra la pared y se da de bruces sin aminorar la marcha ni evitar el impacto que es de piedras blancas y se ejercita y se convierte en dientes hocicos y trompas en el suspenso de la luz / y los deseos de la fruta en las manos vacías / y los deseos de la fruta en las manos llenas / y los cinco dedos de tu mano que aprietan el viento y me lo traen hasta el plato en el que como
un lobo solo
un lobo solo que ruge
un lobo solo que ruge y descansa
es de agua la noche entera y los pájaros salen de los úteros del sueño, innumerable el vuelo / son nuestros también esos cuerpos y en las columnas, sobre los reflectores, todas las gaviotas son la misma figura desprendida con las mismas tijeras y una ola cubre la isla que tenemos frente a nuestros ojos
los cinco dedos de tu mano me traen el aire apretado y lo sueltan en mi boca / planear es nuestro / planear es de la piedra y del cuerpo del agua / planear debajo de la piedra / planear en situación de instrumento en tanto música y los bosques como elementos en ebullición de una tabla desconocida en la que escribimos la historia con un pedazo de madera liso y afilado
(fragmento del “poema-libro” homónimo, inédito, 2009)
Jorge Montesino
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