Hoy las olas del mar tocan violines. Tocan Stravinsky. La arena esta leyendo a Nietzsche. Intento ver qué título pero me distrae la danza de los medanos que no leen, prefieren la música. El cemento de la calle se echó a dormir. Los edificios juegan fútbol. El viento susurra un poema al oído de los árboles. Los árboles cargados de vida inclinan sus cabezas, todas lacias. La luna, a pesar de su palidez diurna, coqueta y engreída, sigue sola. Voy a esperar que baje el sol. Voy a subir. Voy a quitar sus telarañas cargadas de versos esqueléticos; y a ver qué pasa…



Eladio Camejo

No hay comentarios: