caminaba por la rambla
con la pena en el hombro
la tristeza le apretaba los sobacos
así caminaba o se arrastraba por la rambla
hasta que se lo tragó el mar
y al fin descansó
siendo pez o caballito de mar
nadie se enteró de su ausencia
ni su familia
ni su mujer
ni sus amigos
pero él era feliz
siendo pez o caballito
mojado por la espuma del olvido



Líber Mendizábal

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