El precipicio de un amante desesperado,
que canta en las noches que canta en las mañanas.
Quien condena con horror a la doncella
De un declaración rechazada
Flores, guitarras, amor en el aire.
Los vegetales se retozan de ternura.
La noche acompañante ciega,
de encanto se resguarda.
Un silencio a grillo…
Incrépido susurro susurrante.
Los focos de las luces.
Las incrédulas miradas.
Que sin fin, sin comienzo.
Con amor y con rechazo.
Nancy Miraballes
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